![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqtEVlgzV4nE0j6Fj4BnmLCor8sHzsFuIQR6hNrCpSsmbYIjN_tC8VqtLYbzhRsy4YTLGq4xdKHRSxIawaOMRx7onyLIraB13rm1gIvAgbf9vPsnjxzkgqbOiONOmV6FmCNAo0jQ/s320/santa_2.jpg)
Creo que no me gustan demasiado las navidades. Cuando dices esto la gente te mira raro y siempre abren mucho los ojos y te dice un sonoro "por qué, si es una época genial, a mi me gustan porque...". Los próximos diez minutos serán una retahíla de cosas de lo maravillosa que es la navidad y todo lo que nos rodea.
No me gusta demasiado la navidad. En ocasiones me parece una excusa barata para ser feliz por obligación; en otras todo el rollo ese de la sociedad de consumo me mosquea y tanto sentimentalismo por todos lados me acaba poniendo de los nervios. Pero debo reconocerlo, al final todo es mentira.
Me encanta llegar a casa y poner aquel CD de villancicos en el que cantan Sinatra y Crosby. Cuando empiezan a cantar "White Christmas" o "Silent Night" ya llegan chorros de aire caliente en pleno invierno. Luego el "It´s Begining to Look a Lot Like Christmas" me recuerda que en la calle deben estar los amigos esperando para ir a cenar. La navidad es una excusa para verte de una vez por todas ya que el resto del año no lo hicimos.
Con el "Santa Claus is Coming to Town" en las orejas vamos paseando por el centro de Madrid. Por ese mercadillo de la Plaza Mayor que no conocías y tanto te acaba gustando. La gente se mueve como loca y, aunque una y mil veces dices que es un mogollón, sabes que es parte del espíritu navideño. Y sonríes.
Suena el "Jingle Bells" y te ves con muchas bolsas en las manos. No querías comprar nada pero al final te acordaste de unos y otros. Por qué no. Una vez al año no hace daño. Además has comprado esas bolas de rojo y oro brillantes para el árbol. No pensabas ponerlo. De hecho sabes que el día 7 te arrepentirás al ver que hay que recogerlo. Pero una casa sin árbol de navidad es como un fin de año sin champagne.
En Nochevieja al ritmo de "I´ll Be Home for Christmas" te mirarás quince veces en el espejo para ver si todo está perfecto. Y por qué no es un buen día para abrir estrenar esa colonia que te regalaron hace dos meses. Cambio de canción; Una más animada: "Let it Snow Let it Snow Let it Snow". Diez, Once, Doce... uvas en el vaso... ¿y si las pelo y le quito los pipos para que pueda tomármelas todas bien rápido?
Y "It Came Upon a Midnight Clear" para recordar a los que no están ya y para hacer un balance de todo el año y mirar una vez más por la ventana a esa persona que pasa por la calle. Bajas a la cabalgata y peleas con los niños cada caramelo. A la mañana siguiente te mueres de ganas por llegar al árbol de navidad y ver qué está por ahí con tu nombre. Y, de repente, me doy cuenta de que parece que las navidades no son tan malas como creía.
Siguen sin gustarme. No me convencen. Creo que nos engañan un poco para ser felices por obligación. Pero, como antes dije, una vez al año no hace daño. Tal vez no deberían llamarse navidades. Un nombre tipo "Happy Month" estaría bien. Tal vez las navidades acaben siendo una excusa para ser un poco más felices.
Para terminar. ¡Feliz Navidad!