Y el calendario marcó septiembre.
Y me doy cuenta de que el verano se ha marchado. A veces pienso que demasiado rápido. Otras, sin más, que se ha marchado. Ya no amanece a las seis. ¡Cuántos amaneceres he visto este verano! El último rayito del sol se va en el definitivo aliento de las ocho. Y todo vuelve a comenzar cuando parece que se ha terminado.
Han pasado muchas cosas. Han llovido otras tantas. Los rusos enfilan la frontera de Georgia como si fueran Reyes Magos saliendo del portal... Y si giras a la izquierda te encontrarás con el escudo antimisiles. Hillary votará por Obama dos meses después de concluir su particular guerra, que bien parece hoy un conflicto con almohadones.
Y de Barajas... lágrimas mezcladas con un pánico forzado. Nunca antes se supo de tantas salidas de pista y conflictos de aviación. Sin embargo las maletas, en un último impulso, siguen en la puerta en busca de unas vacaciones que quién sabe si llegarán. Los hospitales madrileños y el hotel Auditorium se seguirán llenando de lágrimas unas cuantas tardes más buscando un motivo para olvidar.
De Pekín llegaron medallas de colores. Unos daneses navegaron en un barco croata que bien parecía pirata y en el vestuario quedaron los bañadores con luces de las españolas de sincronizada. Estados Unidos era un gran rival en baloncesto pero hemos aprendido que se puede perder con dignidad. Y sí, aunque ya casi no nos acordamos, ganamos la Eurocopa y Cristiano Ronaldo se quedó en Inglaterra.
Y aunque la financiación seguirá siendo portada. Aunque la crisis nos dejó los bolsillos vacíos de forma prematura. A pesar de que el frío será duro y largo... Lo más importante supongo que es que aquí estás tú a mi lado. Como supongo que yo estoy al tuyo. Y si no estoy, simplemente leernos por estás páginas será la mejor excusa para soportar un poco mejor lo que vendrá.
Así que, sin más. Cogeré la gabardina que está colgada en el armario y el paraguas para el 'por si acaso'. Bajaré al portal y me marcharé calle arriba. Antes de llegar al final miraré atrás una vez más, sonreiré y giraré a la derecha. Después música porque, a fin de cuentas, todo vuelve a terminar como comenzó. Como un círculo.
Y el calendario marcó septiembre.
PD: Creo que la mejor banda sonora para este post es una canción compuesta por Pancho Varona para resumir lo que ha sido el verano en Hoy por Hoy de la SER.
sábado, agosto 30, 2008
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