martes, octubre 30, 2007

La nieve lo borra todo

Me encanta el final de la película CRASH.

Debo reconocer que cuando me la regaló mi amiga Pilar por mi pasado cumpleaños no tenía muy claro si me iba a gustar. Sí, había oído hablar de ella a varias personas. En concreto sabía que era muy liosa y que a la gente o le gustaba mucho o más bien poco.

No voy a contar la película. Merece la pena verla. Pero simplemente me gustaría recordar el final cuando nieva sobre la ciudad y la cámara en plano cenital se aleja poco a poco (desde la cabeza de los personajes hasta perderse por el cielo del que empiezan a caer los primeros copos de nieve). Mientras, la gente está discutiendo abajo entre el bullicio de la gran ciudad.

No soy un experto en simbología cinematográfica ni lo quiero ser. Me gusta esa escena porque creo que representa la idea de que la nieve cubre todo lo malo y por un rato lo borra. Luego el sol ya se encargará de devolver la realidad pero, qué quieren que les diga, la nieve siempre es algo exótico para un madrileño del norte del manzanares.

Mucho más exótico aun debe ser ver nevar en una gran ciudad norteamericana -como es el caso de la última escena de CRASH. Eso ya es la pera (limonera si quieren). Me gusta el plano mientras se aleja la cámara del suelo y también la canción que suena en ese momento. Se llama "Maybe Tomorrow" y la canta un grupo conocido por el nombre de 'Stereophonics'. Un tema normalito, no conocido y que posiblemente pase tan desapercibido como tantas otras canciones. A mi me gusta. De hecho, me gusta mucho y, aunque a veces no sé muy bien el por qué, me encanta el final de la película CRASH.

martes, octubre 09, 2007

Recuerdos

Supongo que resulta inevitable para muchos de nosotros agarrarse a los recuerdos como único anhelo de un tiempo pasado. Encontrar aquel álbum de fotos que estaba escondido bajo la cama o pasaba desapercibido por la estantería de cualquier habitación.

Los recuerdos provocan lágrimas. También sonrisas. En algunas personas abundan y en otras escasean. Depende de la edad y a veces ni siquiera de eso pues el más viejo puede no recordar. Los recuerdos podrían ser una variable contraria a los pelos de la cabeza. El que tiene poco pelo es porque ya va guardando muchos recuerdos y al que no le afecta la alopecia el tiempo le ha dado poco margen para recordar.

Los recuerdos son un lastre en muchas ocasiones. Son, como te dije aquel día, un ancla que todos arrastramos por nuestro camino. Algunas veces es un peso ligero y reluciente y la mostramos con alegría a los demás. Otras veces nos come por dentro como si de chinches se trataran y su color es oxidado, prueba de que el barco no está en su mejor momento.

Hay recuerdos imborrables y otros tantos que se meten en una caja al fondo del armario para empujarlos a un olvido improvisado que haga sentir un poco mejor. Ahora que lo pienso, ¡cuánta historia puede tener por dentro un armario!

Me gustaría terminar de reflejar todas las reflexiones de esta tarde soleada de lunes de otoño con una imagen. No sé si de recuerdos o de olvido. No sé qué saldrá cuando ponga en "buscar imágenes" la palabra olvido... (...)

...Ahora ya lo sé. He estado buscando y no he encontrado nada que reflejara lo que quería expresar así que, simplemente, tomaré una imagen de una playa de Almería que el ecologista Jaime del Val denomina "Playa del Olvido". Definitivamente es lo más parecido a lo que yo quería decir cuando hablaba del recuerdo: único anhelo de un tiempo pasado.